Por favor llámame con mis nombres de verdad – Thich Nhat Hanh
No digas que me marcharé mañana —
hoy mismo aún estoy llegando.
Mira a fondo: a cada segundo estoy llegando
para ser un brote en una rama de primavera,
para ser un pequeño pájaro, de alas aún frágiles,
aprendiendo a cantar en mi nuevo nido,
para ser una oruga en el corazón de una flor,
para ser una joya que se oculta en una piedra.
Sigo llegando, para reír y para llorar,
para temer y para tener esperanza.
El ritmo de mi corazón es el nacimiento y la muerte
de todo lo que está vivo.
Soy la crisálida que se metamorfosea
en la superficie del río.
Y soy el pájaro
que vuela en picado para tragarse a la crisálida.
Soy la rana que nada feliz
en el agua clara de la charca.
Y soy la culebra de collar
que sigilosamente se alimenta de la rana.
Soy el niño de Uganda, reducido a piel y huesos,
con piernas tan finas como palos de bambú.
Y soy el traficante de armas
que vende armamento letal a Uganda.
Soy la niña de doce años,
refugiada en un pequeño barco,
que se arroja al océano
después de que la viole un pirata.
Y soy el pirata,
cuyo corazón aún es incapaz
de ver y de amar.
Soy un miembro del Politburó,
con enorme poder en mis manos.
Y soy el hombre que tiene que saldar
su “deuda de sangre” con mi pueblo
muriendo poco a poco en el campo de trabajos forzados.
Mi gozo es como la primavera, tan cálida
que hace que las flores broten por toda la Tierra.
Mi dolor es como un río de lágrimas,
tan vasto que llena los cuatro océanos.
Por favor llámame con mis nombres de verdad,
para que pueda oír todos mis gritos y mi risa a la vez,
para que pueda ver que mi alegría y mi dolor son uno.
Por favor llámame con mis nombres de verdad,
para que pueda despertar,
y para que la puerta de mi corazón
pueda quedar abierta,
la puerta de la compasión.
Thich Nhat Hanh relata la historia del poema:
Después de la guerra de Vietnam, mucha gente nos escribió a Plum Village. Cada semana recibíamos cientos de cartas desde los campos de refugiados en Singapur, Malasia, Indonesia, Tailandia y Filipinas, cientos cada semana. Era muy doloroso leerlas, pero teníamos que mantener el contacto. Intentamos ayudar de la mejor manera, pero el sufrimiento era enorme, y a veces nos desanimábamos. Se dice que la mitad de la gente que huyó en barco de Vietnam murió en el océano; solo la mitad llegó a las orillas del sudeste asiático.
Hay muchas niñas de la Gente de los Botes que fueron violadas por los piratas. Aunque las Naciones Unidas y muchos países intentaron ayudar al gobierno de Tailandia a impedir ese tipo de piratería, los piratas siguieron infligiendo mucho sufrimiento a los refugiados. Un día recibimos una carta que nos contaba la historia de la niña de un pequeño bote que fue violada por un pirata tailandés.
Solo tenía doce años, y saltó al océano y se ahogó. La primera vez que te enteras de algo así, te enfadas con el pirata. Tomas partido por la niña. Pero cuando lo mires más a fondo empezarás a verlo de otra manera. SI tomas partido por la niña, es fácil. Solo tienes que coger un arma y pegarle un tiro al pirata. Pero no podemos hacer eso. En mi meditación, vi que si yo hubiese nacido en el pueblo del pirata y me hubiese criado en las mismas condiciones que él, yo sería ahora el pirata. Es muy probable que me convirtiese en pirata. No me puedo condenar tan fácilmente. En mi meditación, vi que a lo largo del Golfo de Siam nacen muchos bebés, cientos cada día, y si nosotros, los educadores, los trabajadores sociales, los políticos y demás no hacemos nada para remediar la situación, dentro de veinticinco años varios de ellos se convertirán en piratas. Eso es seguro. Si tú o yo naciéramos hoy en esos pueblos de pescadores, dentro de veinticinco años podríamos convertirnos en piratas. Si agarras un arma y le pegas un tiro al pirata, nos pegas un tiro a todos nosotros, porque todos somos responsables en cierto grado de este estado de cosas.
Escribí este poema después de una larga meditación. En él hay tres personas: la niña de doce años, el pirata y yo. ¿Podemos mirarnos y reconocernos en cada uno de ellos? El título del poema es “Llámame con mis nombres de verdad”, porque tengo muchos nombres. Cuando oigo uno de estos nombres, tengo que decir “Sí”.
Texto original en inglés: https://plumvillage.org/articles/please-call-me-by-my-true-names-song-poem#
